La terapia
miofuncional, que implica terapia muscular para la obtención de
mayor armonía y mejorar las funciones orofaciales con la
rehabilitación funcional, se suele asociar al tratamiento de la
deglución atípica.
Sin embargo, lo
cierto es que la terapia miofuncional no se limita exclusivamente a
este tipo de alteración, ya que existen muchos trastornos
orofaciales que necesitan tratamiento miofuncional.
Muchas
maloclusiones dentarias están relacionadas con alteraciones en la
respiración, masticación y deglución. Además existen malos
hábitos que alteran la posición normal de los dientes. En estos
casos es inviable la corrección de la posición dental sin corregir
o eliminar disfunciones o malos hábitos, y viceversa, por lo que la
colaboración entre ortodoncista y logopeda es necesaria.
La deglución es
una acción motora automática y compleja en la que participan
estructuras de otros sistemas. Sus objetivos son transportar el bolo
alimenticio y limpiar las vías aéreas superiores.
Según los
ortodoncistas, la deglución atípica se identifica con la proyección
lingual contra o entre los dientes. Constituye la principal causa de
derivación al logopeda. Si bien es cierto que hay mucha relación
entre el posicionamiento de los dientes y el modo en que se coloca la
lengua respecto a los mismos.
Cuando la deglución
no sigue los patrones normales y equilibrados hablamos de deglución
atípica o disfuncional. La deglución atípica se da cuando la
lengua, los labios o la musculatura peribucal interfieren presionando
los dientes en una u otra dirección. Así, nos encontramos con
diferentes posibilidades: deglución con interposición lingual entre
los dientes, con empuje sobre incisivos inferiores y superiores,
deglución con interposición del labio inferior, con succión
labial, con contracción peribucal, etc.
La forma de
deglutir con interposición de la lengua se caracteriza
porque, en el momento de tragar, los dientes no se ponen en contacto.
La lengua se aloja entre los incisivos, pudiendo a veces interponerse
lateralizada entre los molares y premolares.
En posición de
descanso, no hay contacto labial en general. Para sellar la cavidad
bucal en la zona frontal, el labio inferior y la borla de la barba
se contaren fuertemente contra los incisivos inferiores. Si esto
sucede durante la erupción, estos incisivos son guiados hacia atrás,
produciéndose así una retroinclinación de los incisivos
inferiores. En la masticación, ambos labios son activos y están en
contacto, pero la actividad del labio inferior es mayor que en los
casos normales.
No obstante, las
degluciones atípicas suelen darse de forma mixta: los
movimientos anómalos de la lengua, bien sea con interposición
durante la deglución, con movimientos de expansión o con empuje
sobre incisivos, suelen ir acompañados de contracciones peribucales
y/o de succión labial, sobre todo inferior, lo cual provoca fuerzas
que comprometen la normoclusión.
Las causas de la
deglución atípica pueden ser múltiples y variadas. La hipótesis
más avalada es que la deglución atípica es la consecuencia de uno
o varios factores que han incidido sobre la evolución de las praxias
estomatológicas durante la infancia, impidiendo la maduración
adecuada y la adquisición de los patrones musculares adultos. Estos
factores pueden ser de tipo hereditario, respondiendo a patrones de
tipo óseo y/o a patrones de conducta heredados. Así, es frecuente
observar degluciones disfuncionales en los padres de los niños que
lo presentan. También podemos hablar de factores relacionados con
una malnutrición, con dificultades, con dificultades para abandonar
la alimentación materna o en el cambio de líquidos a sólidos. La
persistencia de hábitos perniciosos o parafunciones como
consecuencia de falta de maduración a nivel orofacial son fácilmente
observables en niños que siguen succionando objetos y que, además,
han utilizado el chupete o el biberón hasta edades avanzadas. Otras
causas favorecedoras de un tipo deglutorio disfuncional son la
respiración bucal, frenillos linguales y/o labiales cortos y
amígdalas hipertróficas.
Una o varias de
estas causas pueden actuar solas o simultáneamente de forma
acumulativa. Si a ello añadimos que los movimientos de la deglución
se producen más de 2000 veces al día, podemos darnos cuenta del
alcance de estas disfunciones y de lo importante que es la corrección
de una deglución atípica.
Cuando los malos
hábitos se prolongan en el tiempo, tanto en duración como en
frecuencia de aparición, las maloclusiones van a ser más difíciles
de corregir.
Las
características clínicas de los deglutores atípicos en el momento
de la deglución son:
Interposición
lingual/empuje
Contracción
de la musculatura perioral
Movimientos
asociados con la cabeza
Ausencia
de contracción de los músculos maseteros
Imposibilidad
de deglutir con los labios entreabiertos
Sin embargo no
podemos quedarnos en la mera descripción de las características sin
interpretar las razones que lo originan.
La interposición
lingual suele ocurrir por: mordida abierta anterior, lengua aumentada
de tamaño o hipotónica, hipertrofia de amígdalas, hábitos de
succión o deglución infantil.
La participación
de la musculatura perioral, aparece vinculada a la proyección
lingual, presente también en los casos de hipotonía facial.
Ausencia de
contracción de los músculos maseteros al final de la fase oral,
cuando se eleva la mandíbula.
Cuando el buccinador
es hipotónico o hipofuncionante, hay disminución de la saliva, por
tanto, va a ocasionar residuos.
Movimientos
asociados de la cabeza, con estiramiento de la musculatura anterior
del cuello para enderezar el tubo digestivo. Suele estar asociado a
la masticación insuficiente.
Existen numerosas
situaciones que ocasionas atipias en la deglución, tales como:
alteraciones respiratorias, cambios en la dentición, tipo de
oclusión, esqueleto facial, tono muscular, alteración de
propiocepción, hábitos orales, e incluso la edad.
Por tanto, siempre
hemos de diferenciar entre:
- Deglución normal: con el sistema estomatognático equilibrado.
- Deglución atípica: con movimientos inadecuados de lengua y demás estructuras durante la deglución en ausencia de alteraciones en la cavidad oral.
- Deglución infantil: es distinta a la deglución madura, los maxilares se encuentran separados y la deglución se inicia y se guía por el intercambio sensitivo entre labios y lengua.
- Deglución adaptada: cuando la atipia es consecuencia de otro problema, y éste hace que la posición de la lengua se adapte.
Buenas tardes, muyinteresante el articulo anterior con respecto a la deglucion atipica, alguna bateria o formato actualizado para evaluar esta alteracion?, agradezco atencion y respuesta
ResponderEliminarGenial la explicación!...
ResponderEliminar